El pasado domingo 4 de noviembre se entregó al MUSEO REAL DE VELEZ el Pergamino que fue concedido a AQUILES CURREA FORERO por su hazaña realizada en 1976 que evitó un desastre a la población de Vélez.
Asistieron al acto la Familia Currea Ríos quienes de manera directa dejaron al Museo en cabeza de su Director Julio César Nieves el Pergamino para que las nuevas generaciones conozcan y no olviden la odisea valiente de Aquiles Currea Forero y su Hijo Luis Currea Ríos.
Anexamos fotos del evento y la reseña que compendia el insuceso.
Cordialmente
Juvenal Nieves Herrera
Presidente
Asociación La Cumbre.
AQUILES
CURREA FORERO
UNA
ACCIÓN VALIENTE PARA NUNCA OLVIDAR.
El 16 de de junio de
1976, la Vélez señorial transcurría tranquilamente, cuando en las cercanías al
barrio Santa Teresita en la Estación de
Gasolina La Esperanza, un carrotanque que descargaba combustible, en cuya
operación se desprenden vapores a boca de las mangueras que se expanden por el
medio ambiente contaminándolo
invisiblemente . Situación que en cualquier proceso es absolutamente
normal; solo que, al frente de la misma estación de gasolina una señora en su casa prende desprevenidamente
una estufa de gas que al instante un
fogonazo, alcanza los vahos de la
gasolina, generando el incendio del vehículo con la velocidad de una chispa en
pajar seco.
En la maniobra del descargue
de la gasolina se encontraba el moniquireño Aquiles Currea Forero con Luis uno
de sus hijos, quienes además eran los propietarios del Dodge modelo 1974 de
color verde que a la postre lucía como
nuevo.
El vehículo es abrazado por las llamas y Luis se
lanza en carrera a la parte trasera del automotor para intentar cerrar las
llaves con la desfortuna que las llamas lo abrazan de cuerpo entero quemándole
su rostro, las dos manos y otras partes de su contextura física que le impiden
seguir participando en apagar el incendio. No le importó poner en riesgo su
vida, sin embargo el embate del fuego fue superior a sus fuerzas que lo
amilanaron en el intento. Rafael, hijo de la Señora Ofelia Sánchez propietaria
de la gasolinera también fue alcanzado por las llamas.
Frente al insuceso,
Aquiles no lo piensa dos veces y con decisión se sube a la cabina del
carrotanque, dando estárter e iniciando
la marcha con un pie en el acelerador y otro en el estribo, la puerta abierta y
su mirada a la parte posterior del carro donde las flamas daban la sensación de
un avión de propulsión a chorro y en la parte superior del tanque por las tapas,
desfogaba candela como en altos hornos con llamas que eran cada vez más extensas.
Toma la carretera hacia
Cimitarra para alejar el peligro tanto a la estación de gasolina como de las
viviendas circundantes del sector. Con el movimiento del carrotanque y la
acción del viento en contravía, la llama disminuía lo que Aquiles aprovechaba
para detener la marcha, desplazarse a la parte trasera y cerrar como podía las
llaves de desfogue de la gasolina. Y nuevamente como en saltos de canguro sobre
la cabina para seguir avanzando al ramal de Guavatá. Los arboles cercanos se
quemaban y la humazón llamaba la atención de los vecinos que no se atrevían a
intervenir. Ese ejercicio lo hizo por varias veces hasta que por fin se apagó el
fuego y la conflagración se extinguió como por arte de magia. Aquiles pudo
respirar sin apuros.
EL CARROTANQUE NO ESTALLO, NO SE QUEMO,
NADIE SALIO PERJUDICADO gracias a la valentía y sangre fría de Aquiles Currea
Forero. Sin ese arrojo QUIEN SABE que
habría pasado al sector urbano de Vélez, la del Festival de la Guabina y el Tiple.
Luis el único afectado, fue trasladado
al hospital regional de Vélez donde le prestaron los primeros auxilios para
luego ser remitido a Moniquirá donde el Dr. Valencia lo atiende de manera
inmediata y sin uso de anestesia le cura las lesiones dejadas por el impacto de
la explosión.
La Alcaldía de Vélez presidida por el
burgomaestre, José J. Villafradez al conocer del evento transcurrido, por medio
del Decreto 0131 del 2 agosto de 1976 destaca “la actuación y valor heroico con
demostración singular de valentía y sin medir las consecuencias cortó el
trámite del incidente que pudo haber conducido a una catástrofe sin límites”,
ante lo cual definió imponer la Medalla al Mérito al Señor AQUILES CURREA
FORERO, reconociendo públicamente la gloriosa hazaña por el realizada.
La condecoración fue impuesta en sesión plenaria
del Concejo Municipal el 6 de agosto del mismo año.
Se desprende de esta acción valiente de
unos moniquireños que salvan vidas y bienes raíces de los veleños, toda una
lección que nunca puede ser olvidada, dejando por el contrario enseñanzas de
confraternidad de dos provincias que históricamente siempre han sido hermanas:
Vélez en Santander y Ricaurte en Boyacá.
Aquiles Currea Forero continúa su vida
en las calles de Barrancas de Moniquirá, cerca a la esquina de San Antonio,
donde sus amigos han colocado sobre una señal de tránsito un aviso con la frase
“Alto de Aquiles”, allí, el valiente de marras, todos los días se para a mirar
el desplazamiento de los vecinos que siempre saluda sin distinción.
Vaya para AQUILES Y SU HIJO LUIS, el
reconocimiento perenne.
Investigó y elaboró:
Juvenal Nieves Herrera.
Fuentes: Hirohito Villamil, Dora Luz Currea Ríos, Luis Currea Ríos y Aquiles Currea
Forero, Efraín Ariza.
PD. Por el año de 1981 (21 de noviembre), se presentó un caso muy similar en
la Estación Terpel del cruce al Carare donde los pobladores evitaron un
incendio generado por otro carrotanque. El Señor Efraín Ariza propietario de la
estación, sufrió quemaduras que lo internaron por más de dos meses en el
Hospital Militar de Bogotá. Fuera de ello, la situación no tuvo mayores
consecuencias.
Moniquirá, 15 de octubre de 2012.
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