8 nov 2012

Entrega de Pergamino al Museo Real de Vélez‏




El pasado domingo 4 de noviembre se entregó al MUSEO REAL DE VELEZ el Pergamino que fue concedido a AQUILES CURREA FORERO por su hazaña realizada en 1976 que evitó un desastre a la población de Vélez.

Asistieron al acto la Familia Currea Ríos quienes de manera directa dejaron al Museo en cabeza de su Director Julio César Nieves el Pergamino para que las nuevas generaciones conozcan y no olviden la odisea valiente de Aquiles Currea Forero y su Hijo Luis Currea Ríos.

Anexamos fotos del evento y la reseña que compendia el insuceso.

Cordialmente

Juvenal Nieves Herrera
Presidente
Asociación La Cumbre.



AQUILES CURREA FORERO

UNA ACCIÓN VALIENTE PARA NUNCA OLVIDAR.


El 16 de de junio de 1976, la Vélez señorial transcurría tranquilamente, cuando en las cercanías al barrio Santa Teresita en  la Estación de Gasolina La Esperanza, un carrotanque que descargaba combustible, en cuya operación se desprenden vapores a boca de las mangueras que se expanden por el medio ambiente contaminándolo  invisiblemente . Situación que en cualquier proceso es absolutamente normal; solo que, al frente de la misma estación de gasolina  una señora en su casa prende desprevenidamente una estufa de gas  que al instante un fogonazo, alcanza los vahos  de la gasolina, generando el incendio del vehículo con la velocidad de una chispa en pajar seco.

En la maniobra del descargue de la gasolina se encontraba el moniquireño Aquiles Currea Forero con Luis uno de sus hijos, quienes además eran los propietarios del Dodge modelo 1974 de color verde que a la postre  lucía como nuevo.

 El vehículo es abrazado por las llamas y Luis se lanza en carrera a la parte trasera del automotor para intentar cerrar las llaves con la desfortuna que las llamas lo abrazan de cuerpo entero quemándole su rostro, las dos manos y otras partes de su contextura física que le impiden seguir participando en apagar el incendio. No le importó poner en riesgo su vida, sin embargo el embate del fuego fue superior a sus fuerzas que lo amilanaron en el intento. Rafael, hijo de la Señora Ofelia Sánchez propietaria de la gasolinera también fue alcanzado por las llamas.

Frente al insuceso, Aquiles no lo piensa dos veces y con decisión se sube a la cabina del carrotanque, dando  estárter e iniciando la marcha con un pie en el acelerador y otro en el estribo, la puerta abierta y su mirada a la parte posterior del carro donde las flamas daban la sensación de un avión de propulsión a chorro y en la parte superior del tanque por las tapas, desfogaba candela como en altos hornos con  llamas que eran cada vez más extensas.

Toma la carretera hacia Cimitarra para alejar el peligro tanto a la estación de gasolina como de las viviendas circundantes del sector. Con el movimiento del carrotanque y la acción del viento en contravía, la llama disminuía lo que Aquiles aprovechaba para detener la marcha, desplazarse a la parte trasera y cerrar como podía las llaves de desfogue de la gasolina. Y nuevamente como en saltos de canguro sobre la cabina para seguir avanzando al ramal de Guavatá. Los arboles cercanos se quemaban y la humazón llamaba la atención de los vecinos que no se atrevían a intervenir. Ese ejercicio lo hizo por varias veces hasta que por fin se apagó el fuego y la conflagración se extinguió como por arte de magia. Aquiles pudo respirar sin apuros.

EL CARROTANQUE NO ESTALLO, NO SE QUEMO, NADIE SALIO PERJUDICADO gracias a la valentía y sangre fría de Aquiles Currea Forero. Sin ese arrojo  QUIEN SABE que habría pasado al sector urbano de Vélez, la del Festival de la Guabina y el Tiple.

Luis el único afectado, fue trasladado al hospital regional de Vélez donde le prestaron los primeros auxilios para luego ser remitido a Moniquirá donde el Dr. Valencia lo atiende de manera inmediata y sin uso de anestesia le cura las lesiones dejadas por el impacto de la explosión.

La Alcaldía de Vélez presidida por el burgomaestre, José J. Villafradez al conocer del evento transcurrido, por medio del Decreto 0131 del 2 agosto de 1976 destaca “la actuación y valor heroico con demostración singular de valentía y sin medir las consecuencias cortó el trámite del incidente que pudo haber conducido a una catástrofe sin límites”, ante lo cual definió imponer la Medalla al Mérito al Señor AQUILES CURREA FORERO, reconociendo públicamente la gloriosa hazaña por el realizada.

La condecoración fue impuesta en sesión plenaria del Concejo Municipal el 6 de agosto del mismo año.

Se desprende de esta acción valiente de unos moniquireños que salvan vidas y bienes raíces de los veleños, toda una lección que nunca puede ser olvidada, dejando por el contrario enseñanzas de confraternidad de dos provincias que históricamente siempre han sido hermanas: Vélez en Santander y Ricaurte en Boyacá.

Aquiles Currea Forero continúa su vida en las calles de Barrancas de Moniquirá, cerca a la esquina de San Antonio, donde sus amigos han colocado sobre una señal de tránsito un aviso con la frase “Alto de Aquiles”, allí, el valiente de marras, todos los días se para a mirar el desplazamiento de los vecinos que siempre saluda sin distinción.

Vaya para AQUILES Y SU HIJO LUIS, el reconocimiento perenne.

Investigó y elaboró:

Juvenal Nieves Herrera.


Fuentes: Hirohito Villamil, Dora Luz Currea Ríos, Luis Currea Ríos y Aquiles Currea Forero, Efraín Ariza.


PD. Por el año de 1981 (21 de noviembre), se presentó un caso muy similar en la Estación Terpel del cruce al Carare donde los pobladores evitaron un incendio generado por otro carrotanque. El Señor Efraín Ariza propietario de la estación, sufrió quemaduras que lo internaron por más de dos meses en el Hospital Militar de Bogotá. Fuera de ello, la situación no tuvo mayores consecuencias.

Moniquirá, 15 de octubre de 2012.

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